Gracias a la Seguridad Social, en España se garantiza el acceso gratuito al sistema sanitario público, que cubre desde consultas médicas hasta intervenciones quirúrgicas y farmacia subvencionada. Pero este órgano de la Administración Pública cumple otra función muy importante: gestiona las cotizaciones y afiliaciones, es decir, controla las aportaciones mensuales de trabajadores, empresas y autónomos. Además, también se encarga de otorgar ayudas y subsidios no contributivos, como es el caso del Ingreso Mínimo Vital o de las pensiones no contributivas para personas sin suficientes recursos o cotizaciones.
De esta manera, para poder realizar un control adecuado, la Seguridad Social exige que se comuniquen los cambios en la situación personal y familiar, y la omisión de esta comunicación puede tener consecuencias negativas, como multas o la suspensión de prestaciones.
Cambios que deben comunicarse a la Seguridad Social
En España, no comunicar ciertos cambios en tu situación personal o familiar a la Seguridad Social puede tener consecuencias legales y económicas importantes. Esto aplica tanto para personas que reciben prestaciones (como pensiones, ayudas familiares, incapacidad, etc.) como para trabajadores y autónomos.
Generalmente, la mayoría de cambios se deben comunicar en un plazo de 30 días.
Repasamos cuáles son los principales que debes informar:
- Cambios en la situación familiar en su estado civil, si se produce un nacimiento o defunción: puede afectar el cálculo de prestaciones (viudedad, ayudas familiares, etc.).
- Cambio en el domicilio, ya sea en la residencia habitual o fiscal del pensionista: es muy importante hacer esta comunicación para poder recibir notificaciones oficiales y asignación de centros médicos. No hacerlo puede implicar la pérdida de comunicación con la administración.
- Cualquier cambio en la situación económica: debes comunicar si percibes rentas de trabajo, se le reconoce otra prestación o pensión, ya sea nacional o extranjera y cualquier otro tipo de rentas que perciba.
- Ingreso o salida del mercado laboral: puede condicionar la cuantía o el derecho a recibir determinadas ayudas. Por ejemplo, si estás cobrando el Ingreso Mínimo Vital o de incapacidad, es obligatorio comunicar cualquier ingreso nuevo.
Cuantía de las multas
En función del perjuicio causado a la Seguridad Social, las multas económicas pueden oscilar entre 100 € y más de 10.000 €.
Además de las sanciones económicas, si estás cobrando una prestación es posible que sufras una suspensión o pérdida de la misma. Incluso te pueden exigir la devolución de lo cobrado indebidamente o anular el derecho.
Y en casos graves, si has cometido un fraude a la Seguridad Social, se puede considerar delito, con consecuencias penales. En España un fraude a la Seguridad Social es cualquier acción deliberada que busca engañar al sistema público de protección social para obtener beneficios económicos indebidos o evitar obligaciones legales, como el pago de cotizaciones.
Recomendaciones para evitar sanciones
- Mantener registros actualizados: asegúrate de que todos los datos de los empleados estén correctos y actualizados. Comunica los cambios cuanto antes, preferiblemente a través de la Sede Electrónica de la Seguridad Social.
- Cumplir con los plazos: realiza las altas, bajas y modificaciones dentro de los plazos establecidos por la ley.
- Guarda siempre justificantes y documentos presentados: esto te ayudará a tener la información a mano siempre que la necesites.
- Asesoría profesional: considera contar con un asesor laboral o gestoría especializada para garantizar el cumplimiento de las obligaciones. También puedes solicitar ayuda en alguna oficina de la Seguridad Social para que resuelvan tus dudas.
Evitar estos errores no solo previene sanciones económicas, sino que también garantiza los derechos y beneficios de los trabajadores. Por eso también es importante que te mantengas informado sobre cambios en la normativa laboral y de Seguridad Social.