El informe publicado por el Observatorio de Sostenibilidad analiza las altas temperaturas que estamos notando y su evolución. En los últimos 64 años, España ha pasado de los veranos cálidos a los veranos insoportables. Además, como consecuencia, los inviernos son menos fríos.
50 años de olas de calor
Desde el año 1961, la temperatura media del país ha subido casi dos grados. Junio, que antes era la antesala del verano, ahora es pleno verano. Muestra de ello son las últimas semanas de calor que se están viviendo en el territorio español, con máximas que alcanzan los 42 °C en muchos puntos. Desde el año 2020 se han batido el 70 % de los récords por temperaturas máximas del último siglo. Las olas de calor ya no son una situación excepcional: desde el año 2015 hasta el día de hoy, las hemos sufrido de manera continua. El 90 % de los veranos fueron severos o muy severos, y desde 2015 desaparecieron los veranos suaves.
Consecuencias negativas
Las principales consecuencias del aumento de las temperaturas constatadas en España son sobre todo sobre la salud de las personas. Este año ya han fallecido más de 1.100 personas, cifra similar al número de muertos por accidentes de tráfico. Desde el Observatorio de Sostenibilidad advierten que es necesario hacer campañas serias para proteger a la población más vulnerable. Además, esto está afectando a todos los sectores económicos: agrícola, ganadero, transporte y turismo, entre otros.
Medidas adaptativas
Para combatir el calor, dicen desde el Observatorio, es muy importante realizar una adaptación radical que absolutamente todos los sectores, empezando por las ciudades, deberían aplicar. Proponen aumentar el número de árboles, jardines y también el de cubiertas y fachadas verdes. Se trata de aumentar su presencia con el fin de crear más zonas de sombra. Esto podría reducir la temperatura urbana en 2–3 °C. También es posible crear zonas arboladas o verdes con renaturalización de solares o zonas que están pendientes de construir o de clasificar, aunque sea de forma efímera.
Otra de las medidas es la presencia de más agua en las calles, ya sea en fuentes potables, vaporizadores o nebulizadores de forma masiva. También la disponibilidad de centros de enfriamiento, tejados solares que generen energía a la vez que hagan sombra, o la creación de anillos verdes, bosques urbanos, integración de la ciudad con los ecosistemas del entorno, aplicando soluciones basadas en la naturaleza.